26.8.10

¿Dónde está la luz?

Ante un lento crepúsculo los colores de la ciudad se desvanecen -presos de una nube negra- Los últimos tonos claros fenecen -infectados de ausencia- La materia que los alimenta empieza a escasear.
Las multitudes con adrenalina en sangre y en afán de supervivencia se dirigen a sus hogares. Evitan la ceguera buscan el amparo de lo conocido.
El transeunte se aventura en una campaña cotidiana. Merodea. Olvida. Llora. Bebe. Implorando clemencia a sus demonios. Sus atavios espiran vicio letal y su cara de cruel interpretación.
La oscuridad es incierta, la verdad duele. Después del ocaso ten cuidado al toparte con extraños.

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