Al hablar de Post-Rock siempre se citan dos referentes fundamentales, uno británico y otro americano, dos formas de entender la música que generaron secuelas bien distintas: "Loveless" de My Bloody Valentine es el disco británico y "Spiderland" de Slint el disco americano. De Slint voy a hablar.
Mas allá de lo influyente que pudo ser "Spiderland" (que lo fue, y mucho) merece la pena detenerse en analizar el disco en si y en las circunstancias en las que fue grabado y publicado.
David Pajo, Brian McMahon, Britt Walford y Ethan Bucker, en 1989, eran cuatro muchachos adolescentes de Louisville, Kentucky. A pesar de su juventud todos tenían ya experiencia en bandas locales cuando formaron Slint en ese año; ¿qué es lo que llevó a estos jovenes a imaginar una música tan extraña y oscura es algo que aún hoy sigue siendo un misterio? El grupo se mantuvo siempre en segundo plano. No ofrecían entrevistas ni apenas conciertos, y apenas se hicieron fotos de la banda. Una de las pocas y quizás la más famosa es la que aparece en la portada de Spiderland, con los cuatro músicos sumergidos en el agua; la foto fue tomada por Will Oldham.
Slint durante su breve existencia apenas publicaron dos discos. Steve Albini, que fue de los primeros en fijarse en esta banda produjo el primero, titulado simplemente "Tweez", un extrañísimo collage sonoro totalmente experimental que abriría las puertas para lo que sería su obra maestra y uno de los discos mas importantes de los 90: Spiderland.
Es un tanto complicado describir la música de Slint. Digamos que parte del Hardcore de bandas como Big Black, Codeine, oHusker Du pero con un planteamiento totalmente distinto. Las afiladísimas guitarras no buscan la contundencia sino que fluyen en cíclicas cadencias buscando la descripción de un espacio o de una emoción, expandiéndose en riffs y dibujos imposibles. El efecto sobre el oyente es inmediato, la música se adhiere a tu zona nerviosa y te hace acompañar a Slint por los ambientes tétricos que se muestran en Spiderland. Y es que todos los cortes desprenden tal carga de oscuridad, de locura, de enfermedad que es difícil permanecer impasible. Cuentan las crónicas que la banda al completo tuvo que ingresar en un psiquiátrico tras grabar este disco, y tras haber escuchado el disco no es algo que resulte muy dificil de imaginar.
El disco tiene una producción muy de la época, con nulos efectos de cualquier tipo y sonando prácticamente en directo, apreciándose perfectamente los silencios, las subidas, el rasgueo de las cuerdas, los golpes de caja, aumentando esa sensación de proximidad, de inmediatez.
Spiderland es un disco que de verdad sorprende, un disco inquietante y tremendamente oscuro, cargado con una extraña intensidad y una tremenda belleza. Aquí os dejo una de sus canciones más conocidas del disco (aunque todas lo son, ya que únicamente consta de 6 temas): "Breadcrum Trail". Subid el volumen!!!
30.3.11
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