Lejos de la civilización, sin luz artificial la oscuridad cercana y sigilosa acecha con disimulo. Envolviendo y ocultando cada esquina. Las pupilas se dilatan en un puro afán de captar hasta el último destello y las colonias de sombras se desvanecen vagabundas.
Un consejo: a partir del ocaso nunca pugnes por ella... ganará siempre.
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buena foto...
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